Si estas Realizando muchas horas de entrenamiento y con tu alimentación no cubres las necesidades de algunos nutrientes puede acarrear problemas de salud, ya sean lesiones o gripes, resfriados, problemas estomacales.
Las
enfermedades crónicas tienen una larga duración y por lo general
son de una progresión lenta.
La diabetes, los infartos, las enfermedades
cardíacas, el cáncer y las enfermedades respiratorias son las principales
causas de mortalidad en el mundo, siendo responsables del 63% de las muertes.
El organismo del ser humano tiene una magnifica capacidad de resilencia y se adapta al ambiente que le rodea para vivir en armonía, puede llegar a tolerar una gran cantidad de agentes patógenos o tóxicos si el sistema inmunológico está fuerte.
Sin embargo, la mal-nutrición por defecto o
por exceso puede alterar este equilibrio.
Estamos en una Sociedad Sobre-alimentada y
sorprendentemente mal-nutrida, la
OMS lo define como “La doble carga de la mal-nutrición”, tan perjudicial es el
exceso de calorías y ciertos nutrientes (azúcares, sodio o grasas saturadas)
como el defecto de vitaminas o minerales fundamentales para el metabolismo.
La alimentación actual,
rica en alimentos de escasa calidad nutricional y elevada densidad calórica, no
aporta una nutrición óptima que favorezca el estado de salud natural del
organismo.
Ahora bien ¿Qué tipo de
alimentación ayuda a prevenir enfermedades y favorece el estado de salud
general del cuerpo?
Hay tres pilares fundamentales que
se deben cumplir en una alimentación saludable y son válidos para todas las
personas:
· Natural
· Nutritiva
· Antiinflamatoria.
ALIMENTACIÓN NATURAL
La definición del
adjetivo “natural” dice: “De la naturaleza, relacionado con ella o producido
por ella sin la intervención del hombre”.
Al hablar de alimentos
naturales hay que pensar en aquellos que estén mínimamente procesados. Claro
está que el ser humano va a intervenir en su producción, preparación y
cocinado, pero lo importante es intentar que al menos el 80% de los productos
que llegan a la sartén se parezcan lo más posible al producto que se encuentra
en la naturaleza. La extracción del aceite de oliva se puede hacer por
procedimientos mecánicos, simplemente o sometiendo el fruto a temperaturas
altas que alteren la composición inicial del aceite, si además se refina se
cambia completamente su perfil de ácidos grasos. Esto hay que tenerlo en cuenta
en cualquier producto y elegir siempre aquello que se asemeje más al producto
que estaba inicialmente en la naturaleza.
Los vegetales
cultivados orgánicamente no tienen pesticidas, crecen en suelos ricos en nutrientes y maduran en la planta, esto es lo más parecido al crecimiento
salvaje y natural de cualquier fruto en un bosque, nada que ver con los
invernaderos de monocultivo y de las cámaras frigoríficas de almacenado.
Para comer
natural hay que huir de los productos preparados y los aditivos. Y si se
compran alimentos ya procesados, se debe buscar lo más artesano y natural. Por
poner un ejemplo, si se compra una barra de pan, hay que buscar una que
contenga productos orgánicos y haya sido preparada “como en casa”.
ALIMENTACIÓN NUTRITIVA
La comida se consume para aportar energía y nutrientes, no debe aportar nada más.
La vida actual es
sedentaria y cómoda. El coche, la calefacción y el ordenador hacen la vida más
fácil y el gasto calórico ha disminuido considerablemente. Por ello hoy se
necesitan menos calorías que antes, pero esto no debe comprometer la cantidad
de nutrientes de la dieta. Hay que buscar las opciones más nutritivas pero
menos calóricas.
Todos los alimentos
refinados aportan calorías pero pocos nutrientes, y esto favorece la obesidad y
la malnutrición al mismo tiempo. Para prevenir esta doble malnutrición solo los
alimentos naturales son adecuados.
ALIMENTACIÓN ANTINFLAMATORIA
Las grasas cárnicas y
lácteas favorecen la inflamación, para evitar esto hay que evitar este tipo de
grasas y consumir carnes magras con moderación. Sin embargo, los pescados de
pequeño tamaño y el aceite de oliva virgen extra son fuentes de grasa adecuadas
que contienen ácidos grasos polinsaturados que el organismo necesita.
Una dieta
antiinflamatoria también debe mantener los niveles de glucosa
estable, para ello estará exenta de azúcares rápidos como la sacarosa refinada
y las harinas refinadas.
El consumo de hidratos de carbono debe proceder de
cereales integrales, verduras y frutas.
También es importante consumir una gran
cantidad de antioxidantes. Los pigmentos de los vegetales son sustancias que
tienen un elevado potencial antioxidante, por ello un plato de vegetales
colorido será rico en distintos tipos de antioxidantes.
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