domingo, 21 de octubre de 2018

Alimentación sana y actividad física, pareja perfecta para mejorar la calidad de vida.



Son los dos principales factores que intervienen en el estado de salud de la persona son las características genéticas y el estilo de vida.

La mayor parte de las enfermedades tienen una base genética, pero el estilo de vida del individuo es el factor que determina que patología puede desarrollar en el trascurso de los años. Mundialmente las principales causas de muerte corresponden a enfermedades crónicas relacionadas directamente con la falta de cambio de conductas asociadas al estilo de vida, que el propio individuo puede llegar a controlar.

Las conductas que representan un peligro para la conservación de la salud se consideran factores de riesgo. Dos de los principales, con mayor influencia negativa en las patologías crónicas, son el sedentarismo y la alimentación inadecuada.

Si bien es cierto las personas físicamente activas disfrutan de una mayor calidad de vida, por que padecen menos limitaciones que normalmente se asocian con las enfermedades crónicas y el envejecimiento; además tienen más beneficios en cuanto a una vida más larga o duradera.
Mejorando nuestro estilo de vida tanto en mejorar nuestra actividad física como mejorar nuestra alimentación, podemos reducir las principales causas de morbi-mortalidad.
Dentro de los beneficios de hacer actividad física (ejercicio planificado) aumenta el bienestar psicológico y mejora nuestro estado de ánimo, refuerza la autoestima, genera autoconfianza y aumenta el control de uno mismo.

Es importante promover la práctica de actividad física y deportiva en todas las edades, ya que implica cambios positivos en el bienestar personal, inmediatamente después de haber hecho algún tipo de deporte.  Está comprobado que reduce problemas de ansiedad y depresiones.
La actividad física y el deporte son sinónimo de salud, expresa valores de vida, alegría, deseo de progreso, de libertad, y de movimiento, de compartir, de sociabilizar, todos estos aspectos son de enriquecimiento tanto personal como grupal.
Por lo tanto, en el ámbito psicológico para todas las personas es fundamental el ejercicio físico.

¿Qué recomendaciones hay que tener en cuenta antes de iniciar actividad física regular?
La recomendación fundamental es que antes de iniciar un plan de entrenamiento de actividad física, visite a su médico para realizar un examen  y así obtener un certificado de aptitud para el inicio de una actividad física.
Esta evaluación está a cargo de los cardiólogos especializados. La evaluación consta de un examen físico completo, analíticas de sangre y orina y un electrocardiograma. La ergometría o prueba de esfuerzo es una técnica de diagnóstico fundamental que se utiliza principalmente para el diagnóstico de la angina de pecho en pacientes con dolor torácico y para valorar la respuesta del corazón ante el ejercicio.

¿Cuando hacemos el ejercicio físico, qué pautas de alimentación debemos tener en cuenta?
La alimentación previa al entrenamiento debe basarse en alimentos ricos en hidratos de carbono y bajos en grasas y proteínas. Esto impedirá retardar el vaciamiento gástrico y desviar el flujo sanguíneo de los músculos  al estómago y evitar malestar estomacal.

Los alimentos deben contener poca fibra y grasas, lo que evita el malestar en el entrenamiento. El tiempo de tolerancia de la última comida previo a la actividad física es individual, aunque hay una indicación general de que 2 a 3 horas previas. Consumir 200 a 400 ml de una bebida isotónica con una concentración hidratos de carbono no mayor al 7-8 %. 
Durante la actividad física se sugiere continuar consumiendo 100-150 ml de bebida a intervalos de 15 min durante la primera hora de actividad física. Es importante que la persona elija la bebida que más le agrade a su gusto y sabor.
Para reponer las reservas de hidratos de carbono corporales después de la actividad física, un elemento clave para todos las personas, durante las primeras 6 horas posteriores a la actividad física, que redujo  las reservas de glucógeno (HC de reserva muscular), se recomiendan alimentos ricos en Hidratos de Carbono de alto índice glucémico (malto dextrina – glucosa – plátano maduro – espaguetis – zumo de naranja).

El índice glucémico es un sistema que permite comparar la “calidad” de los distintos carbohidratos contenidos en alimentos individuales, y proporciona un índice numérico basado en medidas de la glucemia después de su ingestión. Transcurrido este importante periodo, se pueden incorporar alimentos con hidratos de carbono de índice glucémico moderado en su dieta normal y habitual.