Son los dos principales factores que intervienen en
el estado de salud de la persona son las características genéticas y el estilo
de vida.
La mayor parte de las enfermedades tienen una base genética,
pero el estilo de vida del individuo es el factor que determina que patología puede
desarrollar en el trascurso de los años. Mundialmente las principales causas de
muerte corresponden a enfermedades crónicas relacionadas directamente con la
falta de cambio de conductas asociadas al estilo de vida, que el propio
individuo puede llegar a controlar.
Las conductas que representan un peligro para la
conservación de la salud se consideran factores de riesgo. Dos de
los principales, con mayor influencia negativa en las patologías crónicas, son
el sedentarismo y la alimentación inadecuada.
Si bien es cierto las personas físicamente activas
disfrutan de una mayor calidad de vida, por que padecen menos limitaciones que
normalmente se asocian con las enfermedades crónicas y el envejecimiento; además
tienen más beneficios en cuanto a una vida más larga o duradera.
Mejorando nuestro estilo de vida tanto en mejorar
nuestra actividad física como mejorar nuestra alimentación, podemos reducir las
principales causas de morbi-mortalidad.
Dentro de los beneficios de hacer actividad física (ejercicio
planificado) aumenta el bienestar psicológico y mejora nuestro estado de ánimo,
refuerza la autoestima, genera autoconfianza y aumenta el control de uno mismo.
Es importante promover la práctica de actividad
física y deportiva en todas las edades, ya que implica cambios
positivos en el bienestar personal, inmediatamente después de haber hecho algún
tipo de deporte. Está comprobado que reduce problemas de ansiedad
y depresiones.
La actividad física y el deporte son sinónimo de
salud, expresa valores de vida, alegría, deseo de progreso, de libertad, y de
movimiento, de compartir, de sociabilizar, todos estos aspectos son de
enriquecimiento tanto personal como grupal.
Por lo tanto, en el ámbito psicológico para todas
las personas es fundamental el ejercicio físico.
¿Qué recomendaciones hay que tener en
cuenta antes de iniciar actividad física regular?
La recomendación fundamental es que antes de
iniciar un plan de entrenamiento de actividad física, visite a su médico para
realizar un examen y así obtener un certificado de aptitud para el inicio
de una actividad física.
Esta evaluación está a cargo de los cardiólogos
especializados. La evaluación consta de un examen físico completo, analíticas
de sangre y orina y un electrocardiograma. La ergometría o prueba
de esfuerzo es una técnica de diagnóstico fundamental que se utiliza
principalmente para el diagnóstico de la angina de pecho en pacientes con dolor
torácico y para valorar la respuesta del corazón ante el ejercicio.
¿Cuando hacemos el ejercicio físico,
qué pautas de alimentación debemos tener en cuenta?
La alimentación previa al entrenamiento debe
basarse en alimentos ricos en hidratos de carbono y bajos en grasas y
proteínas. Esto impedirá retardar el vaciamiento gástrico y desviar el flujo
sanguíneo de los músculos al estómago y evitar malestar estomacal.
Los alimentos deben contener poca fibra y grasas,
lo que evita el malestar en el entrenamiento. El tiempo de tolerancia de la
última comida previo a la actividad física es individual, aunque hay una
indicación general de que 2 a 3 horas previas. Consumir 200 a 400 ml de una bebida
isotónica con una concentración hidratos de carbono no mayor al 7-8 %.
Durante
la actividad física se sugiere continuar consumiendo 100-150 ml de bebida a
intervalos de 15 min durante la primera hora de actividad física. Es importante
que la persona elija la bebida que más le agrade a su gusto y sabor.
Para reponer las reservas de
hidratos de carbono corporales después de la actividad física, un elemento
clave para todos las personas, durante las primeras 6 horas posteriores a la
actividad física, que redujo las reservas de glucógeno (HC de reserva
muscular), se recomiendan alimentos ricos en Hidratos de Carbono de alto índice
glucémico (malto dextrina – glucosa – plátano maduro – espaguetis – zumo de
naranja).
El índice glucémico es un sistema que permite
comparar la “calidad” de los distintos carbohidratos contenidos en alimentos
individuales, y proporciona un índice numérico basado en medidas de la glucemia después de su
ingestión. Transcurrido este importante periodo, se pueden incorporar alimentos
con hidratos de carbono de índice glucémico moderado en su dieta normal y
habitual.